Pasos para una buena elección
Determine el uso que va a dar su aparato: elemento principal de su sistema de calefacción, de apoyo o simplemente estético.
Analice la configuración de las habitaciones: aislamiento, superficie,
¿Sistema abierto o cerrado? En función de la eficacia o el ambiente que desee (algunos aparatos pueden darle un rendimiento del 80%).
Escoja su fuente de energía en función del volumen, el coste y la velocidad de calentamiento (madera, pellets, etanol…).
La madera, un material 100% ecológico
Durante la combustión, la madera libera el mismo dióxido de carbono que ha absorbido durante su crecimiento por lo que contribuye a aumentar el efecto invernadero.
Los sistemas de calefacción de gas, de fuel o eléctricos emiten, respectivamente, 222 466 y 180 kg de CO2 por MWh de calor útil. La calefacción de madera tan solo emite 40.
El uso de madera permite dividir la emisión de CO2 por 12 en relación al fuel y por 6 en relación al gas.
Caldera de biomasa (pellets de madera)
Los pellets de madera son un combustible de forma cilíndrica a base de serrín y virutas compactadas. Las estufas y calderas se automatizan y van añadiendo combustible a medida que va siendo necesario.
Los pellets son fáciles de transportar y de almacenar, por lo que resultan muy cómodos además de eficaces.
Hogares e inserts
Los hogares y los inserts son similares tanto funcionamiento como en aspecto. Se diferencias, básicamente, en la forma de instalarlos.
Puede instalar un insert en cualquier chimenea, mientras que el hogar cerrado deberá estar desde la instalación de la chimenea.
Hogar abierto o cerrado
Dadas las altas pérdidas de calor, las chimeneas de hogar abierto no pueden ser el único método de calefacción de una casa. Sin embargo, pueden utilizarse para calentar y dar un ambiente acogedor en el salón.
Las chimeneas de hogar abierto le permiten distribuir el calor por todas las estancias de la casa si utiliza un recuperador de calor.
El hogar abierto distribuye el 20% del calor, el 80% restante se pierde.
El insert es más eficiente, distribuye del 50 al 70% del calor.
Un hogar abierto permite recuperar un 80% del calor y distribuirla en el resto de las estancias de la casa.
